lunes, 26 de abril de 2010

¿Libertad de expresión o Comunicación institucionalizada?

"La pluma es la lengüa del alma". Miguel de Cervantes Saavedra.


Un 26 de abril, pero de 1845 y bajo el Gobierno de Don Carlos A. López, en una máquina impresora adquirida en Río de Janeiro, se imprimía el primer número de El Paraguayo Independiente. Esta publicación, principalmente, respondía al esfuerzo por obtener el reconocimiento de la Independencia Nacional.
Y con esto nace el periodismo paraguayo. En síntesis, hoy cumplimos 165 años como el nuevo poder. Uno arraigado en épocas de dictadura, un cuarto poder no estatal ni Gubernamental y un contra poder institucionalizado.

Desde entonces, el periodismo en el Paraguay ha pasado por un desarrollo difícil que vio la luz con El Paraguayo Independiente, que tuvo una efímera vida tras lograr mencionado objetivo.

Durante la Triple Alianza jugó un papel importante reconociendo la valentía del soldado paraguayo y defendiendo la soberanía del país. En la época colonial, el Paraguay vivía una prolongada era de pobreza e incomunicación. Una era que no permitía el ingreso de publicaciones extranjeras que propagaran ideas revolucionarias de libertad y emancipación.

Ya producida la Independencia e instalada la dictadura del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, fue reprimida la introducción al país de correspondencias, periódicos, cartas, gacetas y libros.

Recién, luego del deceso de Francia y ya instaurado el primer Presidente Constitucional, Don Carlos Antonio López, en 1844, dejaron las puertas libres al comercio extranjero facilitando el ingreso desimulado de noticias y correspondencias.

Para acallar la campaña periodístcia ejercida desde el Río de la Plata contra la política del Gobierno de Paraguay, don Carlos se vio en la necesidad de abrir el primer establecimiento de una imprenta.

Conseguido el objetivo de que Argentina reconociera nuestra soberanía, El Paraguayo Independiente perdió su razón de ser el 18 de setiembre de 1852, luego de haber sido publicado 118 números.

A partir de 1853, iban apareciendo El Semanario, Eco del Paraguay, La Aurora, El Centinela... Durante la Guerra del '70 aparecieron también otros órganos de guerra como El Cabichui, Cacique Lambaré, La Estrella...
Luego de la Guerra Grande, el periodismo adquirió inusual difusión por ser el único medio de comunicación pública. Y siguió su proceso evolutivo.

Hoy, 165 años después, al periodismo paraguayo le sigue siendo tan difícil como en sus inicios de vida. Ya se instaló, en teoría, la libertad de prensa, pero la monopolización de los medios por parte del enriquecimiento desmedido arrastrado desde la época stroessnista en favor de un pequeño círculo beneficiado, es innegable. Existe la libertad de expresión, pero seguimos siendo censurados cual si fuéramos títeres de una densa postura institucional. Nos autocensuramos porque a pesar de ser la voz del pueblo, por encima de todo está la posibilidad de comer y trabajar en un país con escasas oportunidades.

En un país con una dictadura enmascarada como la nuestra, donde la gente con talento se va pronto y los malvados y mediocres envejecen apaciblemente, debería ser un orgullo que un joven Alfredo Seiferheld haya sido capaz de innovar el formato de la acartonada hisográfica paraguaya y que no logró uno de los sueños de su vida, ver caída la dictadura de StressnerM murió hace más de 20 años sin riquezas ni poder y sin haber ocupado jamás un cargo público. Como periodistas deberíamos saber que Santiago Leguizamón cometió sus errores, pero murió honrando su profesión, aunque sacrificándose en balde a causa de una impunidad que hasta hoy sigue siendo el pan nuestro de cada día.

Con 165 años, bien valdría la pena evaluar nuestra madurez laboral (evaluar justamente, si es que la hay). Los jóvenes periodistas somos privilegiados por haber crecido ya en una generación sin miedos ni inhibiciones políticas de ningún tipo. Honremos las memorias de fantasmas proscriptos y héroes glorificados y no reconocidos, como Alfredo y Santiago.

Que lo que ellos han aportado, no solamente quede enterrado en nuestras memorias, que no quede sólo para la historia, que su implacable labor sea ejemplo de dignidad y ética periodística. Honremos la memoria de Rafael Barret, que aseguró que en Paraguay se volvió "bueno" y que demostró ser más paraguayo que muchos nacidos en esta tierra, desarrollando la parte más importante de su carrera y formando su familia a quí. Dejando como legado un invaluable ejemplo de honestidad, lucha y lealtad en pos de la verdad y de los más necesitados.

Aún así, con todos los pros y los contras de esta apasionante vocación (porque tiene que ser una pasión para decidir tomarlo como parte de nuestras vidas): ¡Feliz día, colegas! Empíricos, de carrera... No importa. Pero levantemos la voz en favor de la verdad, la justicia y la paz.

Seamos la voz de los sin voz que necesitan un país mejor.
(De hecho, todos lo necesitamos).



Y a modo de conclusión y con la imaginación de apagar velitas por este día, de corazón deseo la desmonopolización de los medios, que el "chonguismo" no sea el único modo de conseguir un trabajo digno en un país mediore como el nuestro .

Que el ADN de miedo no nos lleve a censurar noticas que escondan nuestras verdades. No podemos pedir un periodismo excelente cuando la sociedad misma es mediocre, cierto. Por eso, hagamos valer nuestro trabajo buscando dignificar la existencia de un país lleno de revoluciones, guerras y golpes de Estado, en pos de los más necesitados.

Lo que antes era la dictadura stroessnista, hoy es la dictadura de las corporaciones, la itaiputización del periodismo. Que la guerra de proporciones incalculables que hoy existe en nuestros medios, llegue a ser en favor de un pueblo que necesita de un cuarto poder sustentable, que busque el verdadero bien común, y que consiga un giro radical dentro de nuestra historia. Que no vendamos nuestra conciencia al mejor postor. Que con el paso de los años, lo único que va a quedar realmente plasmado, va a ser nuestra dignidad, aunque los "empresarios mediáticos" se nieguen a reconocerlo. Algún día, en este país, los buenos serán recordados como tales.

Esonomás.


¡CHEERS!

P.D.: Mis agradecimientos cordiales a la gente, familia, amigos, conocidos y hasta desconocidos que me hicieron llegar sus felicitaciones. Todavía no soy oficialmente periodista,pero a punto. Y me siento más periodista que muchos. Busco trabajo, por ahí saben de algún lugar que necesite redactora, productora o publicista, les estaré eternamente agradecida. Sería el mejor regalo que puedan darme hoy o cualquier día =)

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