domingo, 9 de enero de 2011

Besos

Si nos cruzamos por la vida no me preguntes dónde voy. Mira mis ojos y adivina lo que busco y lo que soy.


Besos para expresar cariño o amistad.
Besos al aire, de esos que se dan por obligación.
Besos rápidos, vergonzosos y temerarios.

Besos apasionados, con lenguas que se deslizan, y dados solo por el placer que produce hacerlo.

Y besos lentos, delicados… De esos que se dan por puro sentimiento. ¡Uf! Estos son los mejores. Puesto que no esconden nada detrás de su apariencia.

Besos acompañados por un ramo de flores, una caja de bombones y una tarjeta que solo pone lo siento. Y ocurre ese momento en que uno se sienta a contemplar lo que dejó el vendaval y se entretiene juntando las partes de ese todo que supimos ser. Y nos preguntamos si será sano perdonar tanto, si es mejor perdonar que sentir rencor. Si no enojarse es sinónimo de falta de amor propio.

Besos que son el comienzo de algo, llenos de promesas, palabras, abrazos todavía a medio dar y besos que alguna vez podrían quedarse atragantados.

Besos rápidos, sobre los labios, para despedirse. Para evitar el dolor de una pérdida, el dolor irreparable que puede causar un adiós. Besos lánguidos que empiezan en los labios y que terminan con lenguas bailando a la mañana siguiente.

Besos interminables, que piden a gritos quédate esta noche. Que vienen acompañados de manos y caricias desenfrenadas. Que solo nos hacen girar lejos de la realidad.

Besos mezclados con vodka, vino y cafeína. Que no nos dejan dormir, esperando simplemente ese beso que nos haga sentir únicos, sin nadie alrededor, aunque estemos repletos.

Besos contra una pared, de pie, jadeantes, con los labios tan juntos que no se sabe dónde empiezan los de uno y dónde terminan los del otro. Besos por compromiso, con los labios fruncidos.

Besos que significan un adiós, pero que engañan y sólo dicen hasta luego. Besos largos, lentos y húmedos que duran 3 días.

Besos… Que con la gente adecuada… Lo cambian todo.
(¡Estos sí que son los mejores!) =)




No importa que cierres la puerta, me gusta entrar por el balcón. Al día siguiente dejo el hueco de mi huída en tu colchón.