viernes, 23 de septiembre de 2011

De recuerdo: Música que alimenta el alma






“To our Fans and Friends: As R.E.M., and as lifelong friends and co-conspirators, we have decided to call it day as a band. We walk away with a great sense of gratitude, of finality, and of astonishment at all we have accomplished. To anyone who ever felt touched by our music, our deepest thanks for listening” R.E.M.



Bajo este mensaje se daba a conocer una de las noticias musicales más tristes de los últimos años. Tal y como dos años atrás, una nueva discusión entre los hermanos Gallagher generaba la disolución definitiva de Oasis (bajo ese nombre y sin la presencia de Noel), la separación del trío norteamericano luego de 30 años generaba un revuelo impresionante entre sus fanáticos de todo el mundo. Y entonces los tributos, recuerdos, conmemoraciones y homenajes no se hicieron esperar.

Y es que no es fácil recibir como un balde de agua fría la noticia de que una de las bandas más emblemáticas de los últimos 30 años haya decidido tirar la toalla, tras el anuncio de su disolución el miércoles 21, después de poco más de 3 décadas de carrera en la que grabaron una quincena de álbumes de estudio como “Out of Time” (1991), “Automatic for the People” (1992) y “Monster” (1994), y crearon temas célebres como “Man of the Moon”, “Losing my Religion”, “Everybody Hurts”, o “What’s the Frequency, Kenneth?”.


Desde siempre escuché música. Pop, rock, en inglés y español, latinos… Y si bien es cierto que siempre terminaba inclinándome por el rock, en mi infancia tuve varios íconos que marcaron mi soundtrack oficial. Desde Jon Bon Jovi, pasando por The Cranberries, U2, Ace of Base (no viene al caso mencionar mi fanatismo por importantes artistas sudamericanos)… Y así se fueron sucediendo hasta llegar con lo que hoy día me he quedado. Pocas bandas musicales significaron y significan lo que R.E.M. marcó para mí. Si bien Coldplay ocupa el primer escalón de prioridades, lo es solamente por una ínfima diferencia. Y quizás porque primero me empeciné en conocer la música de Chris Martin para que a través de su grupo pueda reconocer en R.E.M. a esa banda que en definitiva también me acompañaría por el resto de mis días. No tuve la oportunidad de llorar por John Lennon, ni fui muy fanática de Oasis para acompañar otra separación tan histórica para la música. Esta es la primera vez que puedo sentir bronca y conmoción por ver la disolución de una banda a la que nunca vi en vivo, pero de la que disfruté (y lo seguiré haciendo) cada letra, cada acorde, cada canción… Quizás esto (o algo parecido, a lo mejor) sólo me vuelva a pasar con Coldplay, que por suerte hasta el momento, parece ser una banda que vino para quedarse.

R.E.M. ha aguantado el paso del tiempo más que dignamente, entregando álbum tras álbum, quizás con algún que otro altibajo, pero entregando obras maestras de las que siempre se podía extraer algún destello, algún momento de brillantez. A los fans de la banda de Michael Stipe nos cayó de sorpresa la noticia, y es que a lo mejor cuando las cosas son así de inesperadas y repentinas, quizás duelan un poco menos, pero igualmente, cuesta mucho creérselas.


Además de aclarar que no había sido una decisión para nada fácil y dar las gracias a todo el mundo, el vocalista Michael Stipe lanzó frases como:

“Un hombre sabio dijo una vez que saber ir a una fiesta es saber cuándo retirarse”.

Y así, a simple vista, esto habla de la dignidad que tiene la banda, pretendiendo no mostrarnos uno de esos finales agónicos en los que sólo ellos parecen no darse cuenta de que están acabados. La salida que tomaron es bastante digna. Por lo menos nos queda el consuelo, si es que a alguien le consuela una noticia como ésta, de saber que tienen preparado un recopilatorio en el que ellos mismos han trabajo, por lo tanto, al menos sabemos que estaremos ante los que el mismísimo trío considera los hitos más importantes de su carrera y que no será un tipo de subproducto como los que suelen entregar los sellos discográficos solamente para vender unas cuantas copias más.


Mientras salen a la luz los verdaderos motivos de la disolución, si es que alguna vez salieran a la luz, por el momento es bien sabido que está lejos de la polémica y controversia, sin fuerzas para seguir con el proyecto, tomaron la decisión de irse, simplemente porque “es el momento de hacerlo”. Los revolucionarios de la industria se despiden a su manera, dirigiendo palabras a sus amigos y fans, “hemos decidido dejar de funcionar como banda, con una gran sensación de gratitud, de finalidad, y de asombro por todo lo que hemos logrado. Para cualquiera que alguna vez se sintió tocado por nuestra música, nuestro más profundo agradecimiento”.

Si quedara un solo ápice de consuelo, ese sería “Part Lies, Part Heart, Part Truth, Part Garbage (1982-2011)”, el disco doble compuesto por 40 canciones y que pasará a ser el último Grandes Éxitos de la banda, que saldrá a la venta en noviembre y que incluirá dos singles inéditos: “A Month of Saturdays, We All Go Back To Where We Belong” y “Hallelujah”, grabados durante las sesiones de su último disco, “Colapse Into Now” (2011), título con el cual el trío ya nos daba una pista de su estado de agotamiento musical, y que hoy día queda como broche de oro que pone punto final a su extraordinaria trayectoria.


R.E.M., formada en Athens (Georgia) en el año 1979 bajo el significado de Rapid Eye Movement (M.O.R. Movimientos Oculares Rápidos, en español), y que a lo largo de su historia vendió 30 millones de discos. Hoy dejan al rock toda una marca de época. Quizás haciendo honor al nombre de su banda, que designa una fase del sueño que es aquella en la que ocurren los ensueños más profundos. Con canciones tan intensas y profundas como Imitation of Life o el mismo Everybody Hurts, capaces de convertir cualquier ambiente en una atmósfera surrealista.

Así, Michael Stipe, Peter Buck y Mike Mills se despiden del rock, dando por terminada su brillante asociación musical y toda una era de una banda que fue ícono clave en la década de los ’80 dentro del mapa del rock alterativo y que en su momento llegaron a convertirse en un modelo a seguir para grandes y posteriores bandas como Radiohead y Nirvana. De hecho, Kurt Cobain se asombraba al ver cómo la fama no afectaba en absoluto al líder de R.E.M., que se mantenía firme todo el tiempo con los pies sobre la tierra.


“Necesitábamos probar, no solo a nuestros fans y críticos, sino a nosotros mismos que podíamos aún hacer grandes discos, e hicimos dos, ‘Accelerate’ y ‘Collapse Into Now’”, dijo Mills, bajista y tecladista. “Pensamos: ya lo hemos hecho. Ahora hagamos algo que ninguna otra banda ha hecho: darnos la mano y separarnos como amigos”, manifestó el músico.

Algunos haremos cierto duelo musical, por la disolución de un trío que marcó significativos momentos, pero eso sí, de muchos éxitos. Solamente podemos estar seguros de una cosa... No quedan dudas de que si bien 31 años de música llegaron a su fin… Siempre seguirán alimentando nuestras almas.

''Being a part of your lives has been an unbelievable gift. Thank you.''
Peter Bruck.


No, gracias a ellos, por permitir que su música sea parte de nuestro soundtrack, por regalarnos frases tan célebres que nos hacen ir más allá de la realidad y que a la vez nos dejan despegar los pies de la tierra e ir librementes a soñar.


Para terminar, uno de esos temas que más inspiran. De esos que nos transportan a un mundo de colores, donde crecen las flores, y donde todavía hay gente feliz y brillante... Tomadas de la mano y sonriendo...


Tracklist del disco doble "Part Lies, Part Heart, Part Truth, Part Garbage (1982 – 2011)":
Disco 1
01. Gardening At Night
02. Radio Free Europe
03. Talk About The Passion
04. Sitting Still
05. So. Central Rain
06. (Don’t Go Back To) Rockville
07. Driver 8
08. Life And How To Live It
09. Begin The Begin
10. Fall On Me
11. Finest Worksong
12. It’s The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine)
13. The One I Love
14. Stand
15. Pop Song 89
16. Get Up
17. Orange Crush
18. Losing My Religion
19. Country Feedback
20. Shiny Happy People

Disco 2
01. The Sidewinder Sleeps Tonite
02. Everybody Hurts
03. Man On The Moon
04. Nightswimming
05. What’s The Frequency, Kenneth?
06. New Test Leper
07. Electrolite
08. At My Most Beautiful
09. The Great Beyond
10. Imitation Of Life
11. Bad Day
12. Leaving New York
13. Living Well Is The Best Revenge
14. Supernatural Superserious
15. Überlin
16. Oh My Heart
17. Alligator_Aviator_Autopilot_Antimatter
18. A Month of Saturdays
19. We All Go Back To Where We Belong
20. Hallelujah

jueves, 1 de septiembre de 2011

Aquella bocanada de amor


Uno no elige de quién enamorarse. Y no es una tregua, porque se revela como un hecho consumado.

Recuerdo haber rogado que no me persiguiera ese encuentro, que no me sucediera la magia, que no me atraviese el sutil encanto de esa mirada, que no me llegase ningún roce que me dejara sin argumentos, que un suspiro nunca sea capaz de morderme el corazón. Sin embargo, nunca pudo haber descuidos porque el amor siempre me puso en desventaja.

Siempre acorraló mis inseguridades propias, siempre negó mis certezas, siempre me distanció de lo que hasta ese momento era fiable y me sacudió tanto, que me distrajo y me hizo tambalear… Hasta hoy.
Hoy día en que mi cabeza es un desorden de paisajes, en que extraño voces amigas que mi cabeza me hace retumbar cada instante, hoy en que recuerdo rincones, olores, colores…

Mi amor nunca entendió un NO sin fundamentos, ni siquiera un castigo sin premio alguno. Y siempre llevó deshabilitado el botoncito ese de ‘scape’ o de ‘cancel’ o lo que es peor: ‘CTRL Z’. Pero mi amor sobre todo es incapaz de extirpar y destruir esos afectos que ya se anclaron. No entiende de excusas ni de improvisaciones y ni siquiera está preparado para ausencias imprevistas.

Lo mío no es más que un amor imperfecto, con estrías y hombros caídos, cansado de pelear y de ir contra la corriente. Que solamente se dio cuenta, un poco tarde tal vez, de que luego de volver, la calabaza todavía no se convirtió en carroza. Y que a lo mejor nunca va a ser así. Si yo misma decía que los cuentos de hadas no existían, sin embargo cuando empecé a creer que sí… Ya era momento de reemplazar mi disfraz de princesa sin corona por el pijama e ir a dormir.

Creo que siempre tuve que correr en busca de eso que me pintara la sonrisa en acuarela, que me hiciera trenzas en el pelo, de un amor descalzo y a cara lavada, sin maquillajes de por medio. Al fin y al cabo era eso lo que siempre quise. Que me arrancaran las espinas que los últimos rosales dejaron olvidados en mis talones, y que convirtiera en terrones de azúcar esas piedras que aún tenía atoradas en mí andar. Un amor que me suba a la calesita para que en cada giro se mareen todos mis fantasmas. Y al final, pedir otra vuelta colgada de sus brazos como si con ello pudiera acercarme a las estrellas.

No sé cuál será la ficha que sigue, la que empuje el resto para que el efecto dominó se perpetúe en el tiempo. Ni siquiera sé si eso existe en realidad. Ya gasté más energía de la que puede albergar mi cuerpo buscando volver a lo que era antes, detalles ínfimos como un mensaje, una foto o un comentario positivo que quizás hasta parecían insignificantes, pero que en el fondo pasaban a ser piezas fundamentales del rompecabezas que trataba de armar.

Pero al final volví… Y no, la calabaza seguía ahí firme, no volvió a ser una flamante carroza como la de antes. Hoy me conformaría con que sea una carreta que solamente albergara pequeños detalles que son capaces de conmover y de transformarme.

Y sigo temblando con solo descubrir que lo que más miedo me da no es la soledad, sino esta enorme desventaja de sentirme vulnerable, sobre todo cuando le miro y me doy cuenta que me deshago como un terrón de azúcar en el fondo de una taza de café…

Me gustaría ya no exigirle ni reclamarle y conformarme solamente con vigilar su desvelo y detrás de la cerradura verlo dormir… ¡Pero vaya que cuesta desacostumbrarse de su grata compañía!

Por el momento aún espero aprender alguna técnica para prolongar la felicidad, quisiera dejar los pies elevados del suelo y poder archivar debajo de los párpados la mayor cantidad de buenos momentos posibles.