Para la RAE es la "transformación
de algo en otra cosa. Mudanza que hace alguien o algo de un estado a otro, como
de la avaricia a la liberalidad o de la pobreza a la riqueza".
Para wikipedia la Tansformación-Metamorfosis es un "proceso por el cual un objeto
o entidad cambia de forma. Cambio irreversible".
Si hablamos de las mariposas, la definición de metamorfosis
se refiere "al
conjunto de transformaciones externas e internas que sufre el insecto durante
el ciclo comprendido entre el huevo y el estado adulto".
Y para
los menos científicos, metamorfosis "deriva
de un vocablo griego que significa transformación, haciendo referencia a la
mutación, la evolución o el cambio de una cosa que se convierte en otra
diferente".
Es tan
difícil saber si estamos en el camino correcto para dejar de ser larvas y
finalmente convertirnos en mariposas…
Existe un momento de nuestra vida en el que, queramos o no, nos damos cuenta
que dejamos el estado de gérmenes y que estamos entrando a la vida adulta. Sí,
a esa misma vida que muchas veces nos mira desde el mural y que acostumbra
ponernos en situaciones curiosas y lugares inesperados.
Ese momento en que crecer se
vuelve irremediable y que implica aprender a decir adiós a ciertas situaciones,
cosas y personas. Resignarse y desprenderse de sueños y milagros, y aún así
mantener la fe.
Y así llega ese momento en que
entramos en medio de ese proceso de toma de consciencia para pillar que nuestra
metamorfosis no fue lo rápida que hubiéramos deseado y que perdimos tiempo
relajados en forma de gusanos, temiendo que alguna vez llegaríamos a
convertirnos en mariposa.
La metamorfosis puede ser cruel y
agónica. Dejarnos en el medio con una brecha de emociones reacia a aceptar alas
prefabricadas, besos a medias y colores sombríos.
Y se vuelve difícil confiar en
uno mismo siendo un gusano. Y solo queda comprender que para que éste pueda
volar, debe comenzar a pensar como mariposa. Es decir, para llegar a ser la
persona que uno desea, debe creer que puede y empezar a transitar el camino que
lo lleve a ese lugar o que al menos lo acerque a la parada más cercana.
Muchas veces las cosas no van en
la dirección que uno se propuso tiempo atrás. Y surgen acontecimientos que nos
marcan a fuego lento modificando por completo nuestro ser, llegando a ese punto
de inflexión que marca un antes y un después en la vida, haciéndonos sentir que
hasta ese momento éramos alguien y al instante siguiente somos uno distinto.
Nadie dijo que el recorrido sería
fácil, o si no no tendría mucho sentido. Y de repente el ritual cotidiano nos
embarca dejándonos de pie frente a la rutina y empezamos a andar por inercia. Otras,
sin embargo, la rutina nos comienza a pesar y nos detenemos a pensar: ¿Este es
el peso que quiero cargar? Un trabajo que no nos genera placer, un novio que no
queremos tener, una relación que ya no nos llena, una palabra atorada en la
garganta, un perdón necesitando salir, una vocación pidiendo a gritos una oportunidad,
un cambio demorado, una pasión tardía…
Probablemente el tiempo de mutar
esté cerca y empezamos a elegir los colores para nuestras alas. Al principio
sentimos temor, pero al final del proceso la metamorfosis nos permite
modificarnos, reinventarnos y ampliar nuestros propios límites.
Cada frase representa una nueva
pregunta y una nueva búsqueda que no nos garantiza nada, pero que nos mantiene
esperanzados. Nos cuestionamos distintas cosas a los veinte que los treinta ya
olvidamos, nos cuestionamos cosas a los cuarenta que a los cincuenta ya ni nos
importa. Pero siempre existe una incertidumbre: ¿Qué quiero ahora?
Se instala esa duda y germina en
nuestro interior. Palpita, late, se acelera y cobra vida. Y de repente, una
mañana cualquiera nos sacude frente a una taza de café. Y así, a fuerza de
ensayo y error llegamos a descubrir cuál es el motor que mueve nuestras vidas. Aunque algunos
lo pillan mucho antes que otros.
A veces es probable confundir
creyendo que llegamos a ese punto en el que convergen el ayer y el mañana, lo
que fuimos y lo que seremos. Y otros capaz andemos toda una vida por el camino
equivocado hasta que de repente y sin querer queriendo acertamos y damos en el
ojo con ese tan ansiado click que veníamos buscando.
Quizás existe un futuro incierto
que se vincula directamente con el ayer. Como por ejemplo, hoy queremos largar todo,
colgarnos la mochila al hombro y recorrer el mundo en una kombi amoblada
Peace&Love, con los pesos justos que nos permitan llegar a un lugar para
empezar a vivir, propiamente dicho. A fin de cuentas, en la necesidad uno
encuentra la creatividad de hacer y la urgencia de supervivencia.
Pero al día siguiente vuelven a
saltar esas ganas de retomar la rutinaria vida, ir al laburo de siempre, odiar
los lunes y amar los viernes, empezar algún curso de idiomas, continuar con el
posgrado y el gimnasio.
Por un minuto soñamos ser
rockstars, al minuto siguiente queremos volar…
La metamorfosis no es otra cosa
que un constante proceso de mudanza interior, que se debate constantemente
entre el ayer, el hoy y el mañana. Pasado, presente y futuro. Yin y yan. Alfa y
omega.
La transformación no suele ser rápida.
No como un parpadeo, como el aleteo de una mariposa o como una estrella fugaz. Pero
su huella es eterna como el horizonte, como el tiempo y como la muerte.
Cuando nos transformamos es el
momento de compartir los colores y la alegría de nuestra creación con el mundo.
Siento que mi metamorfosis hoy
sigue siendo una sucesión de puntos suspensivos… ¿Y el tuyo?
Rock nacional para acompañar el momento divague del mes. Mariposa, vuela libre hermosa, vuela de este sucio lugar. Más claro, agua.
Rock nacional para acompañar el momento divague del mes. Mariposa, vuela libre hermosa, vuela de este sucio lugar. Más claro, agua.
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