martes, 24 de noviembre de 2009

Breve historia de lo que alguna vez fue...


Estuve encantada. Tal vez una, dos o tres veces. No sé. Solo tengo la certeza de que en una de esas me enamoré. De vos. Sí, de vos. De vos, que hoy estás lejano, que quizás seas el último en leer esto, si lo hacés. Tal vez seas el último en visitar mi blog y ver parte de mi alma revelada en él. Hoy ya no estás conmigo, y yo puedo estar sola, aunque en realidad no lo sienta así. Estoy viva, buscando feliz mi camino, en la espera de mi medio limón (porque sabés que las almas gemelas para mí son cursis y que yo soy la mitad de un fuerte y agrio limón que debe estar huyendo despavorido por algún espacio minúsculo de este mundo). Ese que irónicamente pueda alimentarme. Porque siempre digo que hasta que no llegue aquel que logre descolocarme y que me quite el sueño, simplemente no valdría la pena intentarlo siquiera.

Aclaro que no busco volver al pasado. Fui feliz, lo sigo siendo, de una manera distinta. Pero rememorar es como volver a vivirlo, vivir momentos que me hicieron ser la mujer que soy hoy. Cogí tu mano, cogiste la mía y volamos juntos. Hoy, yo sigo volando... pero ya por mi cuenta.

Ya no más palabras. Dejo lo siguiente al lector... Y a vos. Con un tema que te lo dediqué desde el primer día en que nos conocimos. Porque sí, te conocí un día de enero con la luna en mi nariz y como ví que eras sincero (gracias! Porque en estos tiempos en que es tan jodido encontrar gente simple, honesta y espontánea, vos supiste demostrarme que hay quienes son diferentes al resto del mundo) en tus ojos me perdí. Ya te encontré varios rasguños que te hicieron por ahí, pero mi LOCO amor "fue" tu mejor doctor (y tu loco amor también "fue" el mío). ¡Arrivederci!



-----FLASHBACK-----
Hay cosas que uno no llega a entenderlas.
Dudas que siguen ahí como si hubiesen sido ayer.
Yo, en particular, nunca voy a terminar de entender cómo de un día para otro se acabó el amor.
Tantas palabras lindas, tantos momentos compartidos… Y de repente, nada.
¿Cómo pudimos querernos tanto? Recuerdo cada momento que viví contigo y fui muy feliz.
Cuando venías a abrazarme, a buscar consuelo, a llorar tus desgracias.
Cuando teníamos conversaciones por largas horas y siempre terminaba con un dulce ‘te quiero’. Un ‘te quiero’ que siempre significó demasiado para los dos. Con ese ‘te quiero’ me regalabas el cielo, me bajabas una nube, o mejor aún, me alzabas a ella…
Pero un día, se acabó.
Ni consuelos, ni llamadas, ni un mensaje de texto, ni un ‘te quiero’…
Le sigo buscando explicaciones, excusas, varios motivos por el cual se acabó. Pero no lo encuentro. No sé cuál es la razón que hizo que nos separemos así.
Yo lo admito, fui muy indiferente a tus sentimientos. Pensaba que el ser dura me daría ventajas. Pero me equivoqué. Me equivoqué grande, pero aprendí.
Hoy ya no contestas mis mensajes, no haces caso a mis llamadas. No sé qué pasará por tu mente.
Pero ya te perdí. Te lloré, te busqué. Pero no me arrepiento.
No me arrepiento porque crecí, maduré. Me hice más fuerte. Hoy sé lo importante que es demostrar lo que sentimos, no guardarnos nada.
Me enseñaste lo importante que es dar amor. Y aunque pasamos diferencias donde creía ser yo la incondicional, no te guardo rencor.
Porque aprendí a amar con independencia, con madurez. Y aprendí a valorarme a mí misma.
Y me admiro. Sí, me admiro. Porque después de tantas caídas, después de tantas desilusiones… Sigo creyendo en el amor. Pienso que en algún lado debe existir. Y que algún día me ha de llegar.
Hoy sólo digo una cosa, lo que viví, fue el recuerdo más lindo de todos. ¡GRACIAS!

No hay comentarios:

Publicar un comentario