lunes, 15 de febrero de 2010

Todo el año es Carnaval



¿Qué hay detrás del disfraz?
Hasta en eso la vida consigue ironizar. Febrero, el mes del amor, es también el tiempo de Carnaval, disfraces, máscaras… Ya pasó el día de los enanos morados, ahora es tiempo de hacernos los locos, de perder la vergüenza y caer en la desvergüenza. Atrevernos a ser los más francos posibles, a correr, bailar, cantar, gritar y hasta llorar como desesperados, con la simple excusa que trae consigo interpretar el personaje del disfraz que llevamos puesto.

Se nos permite suprimir la rutina, lo convencional y desterrar las farsas sociales. Tiempo de hacer fondo blanco a los dolores y las penas, para meternos en el cuerpo de otra persona y llenarnos de júbilo si fuese necesario. Y sí. Y es que en estos tiempos hasta la alegría parece de otro mundo. Es la excusa para ensayar la libertad, la práctica a futuro de una vida mejor.

No es triste, ni sombrío ni sórdido este carnaval. Aunque detrás de la máscara pueden esconderse sentimientos nunca develados. Puede esconderse la verdad sobre la soledad, el sueño y los miedos. Es interesante. La máscara puede tener un simbolismo más interesante que el poder humano, es un escudo. Bueno, no siempre necesitamos del carnaval para utilizar el escudo como defensa. A veces somos enmascarados sin máscaras. Pero claro, la máscara no se ruboriza, esa es la diferencia. Detrás se esconden ideas desenfrenadas, tal vez. Muy por detrás podemos ver el alma desnuda, el verdadero ser humano… Y develar el gran misterio.

Carnaval, como casi todas las fechas festivas, no es más que una pueril excusa para brindar y celebrar la vida, la gran diferencia es que Carnaval es todo el año. Y nos permite aparentar libremente algo que no somos. No exige regalar, entregar ni comprometerse. Solo exige disfrutarla, pasarla bien y atrevernos a ser locos, desquiciados y descontrolados. También podría considerarse al Carnaval como la sublime fiesta de la sinceridad, donde suelen ser revelados secretos nunca antes descubiertos. Incluso me atrevería a decir que estas fechas nos permiten convertirnos por unos instantes en lo que el subconsciente desea.

En fin. Lo que menos importa es el motivo por el cual no podemos darnos el lujo de convertirnos en lo que pudimos ser, pero que no fuimos. Lo importante es “no cerrar los ojos a la suciedad del mundo”, como diría Charles Chaplin. Lo importante es vivir, sonreír, creer, soñar, entender, escuchar, aceptar y buscar lo que hay de bueno detrás de cada máscara con la que nos cruzamos, detrás de cada espíritu deambulante que pasa frente a nuestras narices.


Solo buscando lo bueno en los demás, podremos descubrir lo bueno que hay dentro nuestro, procurando por encima de todo tener don de gente. No importa lo que pase, siempre hay que intentar. Porque la vida es una tentativa y no siempre hay que esconderse detrás de una sonrisa, hay que mostrarse tal cual, solo así podremos lograr que nos amen por ser quienes somos. Somos soldados, y a veces hasta lo correcto que hagamos puede estar mal, y con la cabeza gacha tendremos que saber lo que se siente. Porque existen momentos en que la vida nos exige quitarnos las caretas, las máscaras y mostrar la desnudez total del alma humana.

No está mal confrontarse, lo malo está cuando lo que hacemos atenta al amor propio y a la autoestima de quien está a nuestro lado. Lo simple es lo que nos apasiona, y lo que nos apasiona no envejece, por lo tanto siempre tenemos la oportunidad de luchar contra el dolor y la edad. Así, la máscara no es capaz de esconder del todo la fisonomía humana, pues por los agujeros se asoma la vida. Y por ello hay que pensar libremente, llevar poca carga y no aferrarse a nada, porque a fin de cuentas nada es para siempre.

Sin embargo, uno es más fuerte cuando ama las cosas simples, cuando se siente pleno, humilde… Y eso sí es saber vivir. Como diría una canción: “Celebra la vida, que nada se guarda, que todo te brinda”. Gritemos contra el odio y la mentira, que siempre habrá una estrella a la que tendremos como guía. Aunque sea con una máscara encima. Porque mientras más amemos… Más cerca del cielo estaremos. Y pese a todo, vamos a sonreír y dejar que el resto del mundo se pregunte por qué. Y así al final… Sí, nos van a aplaudir.

“No debemos tener miedo de confrontarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas”.
"La vida es una obra de teatro que no permite ensayos... Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida... antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos". Charles Chaplin.

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