Esta historia, situada en 1999, es contada en forma de recuerdo. Benjamín Espósito, secretario de un Juzgado de Instrucción de la Ciudad de Buenos Aires, está a punto de retirarse y decide escribir una novela basada en un caso que lo conmovió treinta años antes, del cual fue testigo y protagonista. Su obsesión con el brutal asesinato ocurrido en 1975 lo lleva a revivir aquellos años, trayendo al presente no sólo la violencia del crimen y de su perpetrador, sino también una profunda historia de amor con su compañera de trabajo, a quien ha deseado y amado fervorosamente y en silencio durante años. La novela que escribe Espósito nos hace recorrer los años 70, cuando en Argentina se vivían épocas turbulentas, el aire estaba enrarecido y nada era necesariamente lo que parecía ser. Una historia dramática donde se ponen a prueba muchas cosas, desde la decisión de tomar a la justicia por manos propias, hasta la lealtad, el poder, la amistad e incluso... el amor.
Me asincero, aún no la vi, pero con ver esto ya me entran ganas de ir al primer videoclub que encuentre y alquilarlo. Darín siempre me impresiona con sus interpretaciones. Para mí, lo más grande que tiene Argentina en el cine. ¡Gran valor! Y los actores que lo acompañan, basándome en la carrera televisiva de quienes sigo hace unos años (Rago, Francella), solo puedo decir que son muy buenos actores. Importantes soportes para que Juan José Campanella y Ricardo Darín puedan haberse ganado el Oscar.
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