martes, 29 de septiembre de 2009

Juego de palabras + Manitas mágicas = Humor lúdico


A veces Paraguay pareciera no ser Paraguay. Y es que resulta raro y a la vez sorprendente ver cómo el paraguayo puede hacer maravillas bajo presión. Es decir, ofrecer shows de primer nivel cuando pesa el título de que Asunción sea la Capital Americana de la Cultura 2009.

Pocas veces tenemos la oportunidad de asistir a un concierto de tan alta calidad como el que se vio el pasado 25 de setiembre en la discoteca Kandi. Cuando dos compinches y dicharacheros como Kevin Johansen y Ricardo Siri subieron al escenario para brindar al público una noche de música y dibujo, que al final de la velada pasaría a ser innolvidable para todos los asistentes.

Es indudable que la música de Johansen tiene un público específico capaz de escucharlo sin sentirse aturdido con sus letras descontroladas, llenas de ironía y juego de palabras y sus extrañas melodías. Hace menos de un año había pisado por primera vez suelo paraguayo para deleitarnos con su grupo The Nada en el teatro Lírico del BCP, en un show espléndido y memorable. Pero esta vez vino en compañía del aclamado dibujante de la revista sabatina, ADN Cultura, del diario La Nación de Argentina, Ricardo Siri, más conocido como Liniers, para presentar Oops!, el libro que incluye los temas más importantes del cantante, interpretados por las inocentes y originales caricaturas del historietista.

La conexión lograda entre ambos artistas atrapó por completo a la concurrida y entusiasmada asistencia del amplio jardín de Kandi. Y es que la simpatía derrochada y el inagotable carisma de Liniers casi se robaron el espectáculo que debía ser propio de Johansen. Pero sus ingeniosas letras, complementadas con la gran imaginación de su compañero, hicieron que el público no se perdiera detalle del show.

Road movie fue el primer tema interpretado por Kevin, mientras Liniers arrancaba las primeras carcajadas al auditorio con sus dibujos delirantes. Su inagotable fuente de imaginación echó a volar después con canciones como No voy a ser yo, Puerto Madero y Ese lunar. Para estas alturas del espectáculo, este creativo dibujante ya se había metido al público en el bolsillo. Su gran genialidad, sumada a su alta dosis de simpatía hizo que se comiera a la concurrencia, que no cesaba de corear su nombre una y otra vez. Tal era el protagonismo de Liniers, que el músico canadiense-argentino parecía no inmutarse, pues disfrutaba tanto como el público las ocurrencias de su acompañante, y más cuando las obras maestras de éste terminaban dobladas como avioncitos para caer sobre el público con una dudosa puntería (¡qué gusto que Liniers se dedique a las historietas y no a la aeronáutica! ¡Yupiiii!).

El repertorio siguió con Anoche soñé contigo, La luna sobre Porto Alegre, Mc Guevara o Che Donald's, Desde que te perdí y el ya clásico de su repertorio Down with my Baby. Entre tantas presentaciones seguidas en Lima y Rosario, Liniers debió haberse aprendido gran parte de las letras de su compañero músico, a tal punto que le hacía los coros rematando siempre con su peculiar estilo. Y queriendo incursionar en la música al intentar apuntarle con las notas a la armónica.

La complicidad entre ambos era innegable. Y más cuando interpretaron sus propias versiones de clásicos de los Eagles como Hotel California, bajo el título de Hotel Patagonia, o de A-ha el tema Take on me. Tras estos temas deleitaron con Oops!, título que da nombre al libro que lanzaron juntos. Además de seguir con Daisy, La cumbiambera intelectual, Sos tan fashion y No me abandones, momento cuando Liniers quiso improvisar una coreografía.

Para el "otra, otra", o sea, el bis, se invirtieron los papeles y mientras Johansen dibujaba, Liniers empezaba a interpretar en la guitarra tres notas del clásico de Bob Dylan, Knockin' on heaven's door.

De esto también podemos quitar algún valor: no todo lo que parece es. Podemos ser cantantes que dibujamos mejor de lo que cantamos, o ser dibujantes que cantamos mejor de lo que dibujamos. O en la profesión que fuere. Más allá de todo, este espectáculo fue único. Ahora queda esperar que regresen dentro de poco para la revancha más dulce de todas: Johansen + The Nada + Liniers. Sería lo máximo, ¿o no? Podemos decir que no siempre lo que vemos por fuera es precisamente lo verdadero, sino más bien lo que está detrás de nuestros ojos.

Experiencia que seguro será recordada por mucho tiempo. Porque esta clase de espectáculos da gusto presenciar, sabiendo la calidez y la calidad de los protagonistas. Y sobre todo ahora, que más allá de que Johansen y Liniers guste o no a cierta mayoría, quedará marcado como uno de los mejores shows que tuvimos por Asunción este 2009. Y de esos espectáculos que no vemos pasar muy seguido por acá.

Y eso es lo incuestionable.

P.D.: Quiero aclarar que la foto que encabeza el artículo no es mía, es de una amiga, Vero V, a quien le va el agradecimiento. Imaginaba que no le iba a molestar que copiara alguna de sus fotos para esto, pero necesitaba acalararlo acá. Ahora sí ya estoy tranquila.

1 comentario:

  1. Excelente!! sobre todo cuando decis "Podemos ser cantantes que dibujamos mejor de lo que cantamos, o ser dibujantes que cantamos mejor de lo que dibujamos"
    me dio algunas cosas que pensar.

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