lunes, 28 de junio de 2010

El Cara de Libro

Sigo sin entender al cara de libro, facebook para todo el mundo, FB para los menos entendidos y feisbuk para los amigos.
Maldita creación para algunos, una bendición para otros a quienes les permitió reencontrarse con aquel compañerito del jardín de infantes o para aquella que descubrió que el ex novio volvió a la soltería y que está a la pesca.

Todo lo que se cruce por la cabeza de uno ya tiene un grupo creado al cual uno puede adherirse con solo hacer un click: “Odio levantarme temprano”, “Detesto que me dejen en bola”, “Yo también lloré cuando vi Titanic”, “Para todos los que odian a Menganito de Tal”, “Me gustan los rubios, los morochos, o los petisos”, etc, etc, etc.
Y ni hablar de los que abusan de la función que nos da la tecnología y que se pasan actualizando su estado desde el celular para que todo el mundo se entere del minuto a minuto de su vida al más puro estilo de Gran Hermano: “Mi jefe salió así que voy a ir afuera a fumar un poco”, “Acabo de llegar de la facu, ahora me voy a bañar porque Fulano me llamó a decir que está por venir a buscarme para ir a Glam”, y demás cosas por el estilo.
Una pregunta sin ánimos de ofender a nadie, ¿a quién puede interesarle la vida de una persona a la que tal vez uno no conoce más que solamente por la foto que subió a su perfil? Ah, claro, es que me olvidé que la amistad del feisbuk es una amistad distinta a la que estamos acostumbrados, no es un face to face habitual (aunque últimamente muchos están más acostumbrados a las “amistades” virtuales, si se los puede llamar así). Basta con que sea un conocido nada más para darle un click a “me gusta” a cualquier cosa que haga, diga o comente el personaje en cuestión. Y de paso aprovechar para robar algunos contactos y tratar de coleccionar más amigos que el mismísimo Roberto Carlos.

Me pone como loca ver la cantidad inmensa de tests ideados por cualquier persona que tenga al menos treinta minutos de ocio en su vida, con horrores ortográficos y que te preguntan desde el color preferido y número de la suerte, hasta con qué arma matarías si fueras un delincuente peligroso, solo para llegar al pueril resultado de que tu vocación es ingeniería aeronáutica (o una suerte de Macgyver, se acuerdan de Macgyver, ¿no?).

¿Querés ordeñar vaquitas, plantar naranjos, hacer crecer una huerta, cosechar hortalizas, mantener un restaurante o una cafetería? ¡Usá el FB!
¿Querés saber qué heroína de dibujos animados serías, a qué famosa te parecés, qué galán de Hollywood y vos están hechos tal para cual, en qué te reencarnarías si es que te morís? ¡Usa el feisbuk!

Por si fuera poco y si estás necesitada de algún consejo, tranquila. Recurrí a las frases del Dr. House, Susana Jiménez o Platón para encontrar finalmente qué hacer con tu vida, o si no, al menos vas a tener una frase en un momento oportuno de ella, con solo hacer otro click en alguna de las aplicaciones para obtener una respuesta a cualquier duda existencial o filosófica.

¿Querés saber el futuro? Nada de ir a consultar a la tarotista o que te tiren las cartas o lean las manos. ¡Nah! Ahora desde la comodidad de tu hogar y sin gastar nada más que el pago mensual del internet, podés ver tu porvenir con solo abrir una galleta de la fortuna o frotando una bola adivinadora y de paso evidenciar tu futuro con tus conocidos y amigos que podrán comentar sobre ello. ¡Todo por la módica utilización del cara de libro!
Toda esta reflexión me nació hace unos días. Cuando por cosas de la vida me saltó una recomendación de amistad de cierta persona que hoy ya es parte de mi pasado. “Erre de Tal Cosa, agregar a mis amigos”, ¡qué tentación! Pero tranquila, que no lo hice por una cuestión de dignidad (le conozco y sé que es capaz que después de 6 años siga pensando que todavía quiero algo más). Pero eso no cambia nada, lo puedo agregar en cualquier otro momento =) Morí de risa solamente al pensar que en la mañana estaba contándole a un amigo la experiencia que tuve hace unos años con el muchacho en cuestión. No creo en las casualidades, pero de que a veces ocurren cosas o se dan intuiciones curiosas, ¡es cierto! El chiste es que aproveché que ninguno de sus álbumes estaban bloqueados para “no amigos”. Sí, aproveché. Y espié (aaarrrggg! Odio usar esta palabra, pero no se me ocurre otra) como tratando de descifrar con quién anda, si sigue soltero, si qué hace. Y este personaje que ahora recorre el mundo (sí, cuando yo le conocí no hacía más que actuar y trabajar en donde lo llamaban) está flaquito y ya no tiene esa mirada perdida ni esa sonrisa cabizbaja con la que mataba mil y en la que yo (y unas cuantas más) me había fijado. En realidad ya me habían llegado rumores de que andaba por un crucero, pero no es pues lo mismo cuando lo ves con tus propios ojos y recién empezás a creer.

Me sentí tentada, no voy a negar. Siempre pasa eso de que cuando ves a tu ex novio, a un amigo con derecho a roce o un amigo que te gustó por meses y con quien pasaste un par de cosas bastante fuertes (como confesarle tu amor y que te diga “ahora mismo estoy enamorado de otra chica pero más adelante no sé lo que puede pasar”, y que un tiempo después cuando vos ya empezás a salir con otro buen hombre, venga él a buscarte justo cuando vos ya te abriste y te resignaste a verlo con otra) que lo vuelvas a ver y sí o sí se te mueva al menos una que otra baldosa. Lo que sí que un día no lo vi más y un tiempo después se fue. Nunca más intenté llamarle, retomar el contacto, ni siquiera para charlar con él sobre la vida. En fin. Como dije, me sentí tentada a hacer ese click que podría cambiarlo todo. Pero mamá siempre me dijo que yo era fuerte y por ende, que tenía una gran fuerza de voluntad. No iba a estar mal que lo haga, pero no sé. A lo mejor una parte de mí se intimidó al leer los comentarios de fotos “sí mi amor”, “te extraño mi vida”, que venían de él y de alguien más. Pero él siempre fue así, de comprarle a cualquiera con su sonrisa del tipo Colgate y su carisma inexplicable, además de que tenía una voz muy agradable a los oídos. O a lo mejor yo tenía miedo a que ante mi saludo pudiera contestar el ordinario “¿nos conocemos?” y yo me largue a llorar lágrimas de cocodrilo solamente porque después de 6 años se olvidó que de adolescentes fuimos buenos amigos. O porque directamente no me contestara porque en su vida ya había alguien.

Pero en serio, el feisbuk puede ser una gran caja de sorpresas, che. Y me río. Antes cuando conocíamos a alguien le pedíamos el número de teléfono. Después fue el número de celular, hasta que llegó el Messenger y su molestoso zumbido (hasta hoy no sé cómo algunos hacen para enviar trescientos a la vez). Ahora la primera pregunta es: “¿tenés feisbuk, twitter, orkut?”. Para salir corriendo a revisar las fotos y quién le escribe en el muro y quién no.

Yo admito, pese a quejarme, se volvió en un placer culpable. Pero intento que no me robe mi vida. Que no me obsesione como para querer dejar de lado mis relaciones personales para instalarme en los espacios virtuales. Pero tengo que reconocer que gracias al feisbuk me reencontré con unos cuantos amiguitos de la época del transporte escolar, amigas del inglés y de la escuela, poniéndome al día con compañeras de la danza y del teatro, hoy día compartiendo breves frases con ex compañeros y entrañables amigos del colegio (empiezo a saber que muchos de ellos valían demasiado la pena) y también conocí gente buena y decente por estas redes virtuales. No miento, ellos saben quiénes son. Y hoy pasaron a ser incondicionales.

Aún así, lo único que me queda suponer es que en los tiempos modernos la privacidad se habrá ido al baúl de los recuerdos con las cartas de puño y letra en papel de carta (que las coleccionaba siempre) y páginas llenas de estampillas, como las que coleccionábamos con mi hermano en la infancia… Hoy día, un click puede cambiar muchas cosas…

1 comentario:

  1. todo esta fuera de control, tambien encuentro un placer fuera de control en el feisbuk y ahora mi blog. no dejemos que esto interfiera pongamos limites, facil decir verdad. no pase en corrector ortografico, lo siento, estoy de paso te vi en la lista de blogs en competencia para le diario
    saludos

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