sábado, 22 de agosto de 2009

Calamaro, querido




Hace minutos actualizaba mi blog con el artículo sobre el regreso del más grande del rock latino, un regreso a puro impacto. Y ahora decidí publicar este para celebrar los 48 años del mayor referente actual del rock y mi ídolo particular desde que lo encontré por casualidad entre mis selecciones de música.
Lo conozco no hace más de 12 años, cuando empecé a interesarme en su música luego de escucharlo cantar a aquella “Flaca” de nombre Mónica, que luego se tatuaría en uno de sus brazos. Pero soy conciente de que su carrera despegó décadas antes, cuando a los 8 años su papá le regaló un bandoneón, y más adelante un tambor, mientras aprendía a ejecutar el piano y se enganchaba con la guitarra eléctrica.
Formó parte de incipientes bandas y de otras de gran importancia. Hasta que a principios de 1981, gracias a la recomendación de su amigo Alejandro Lerner como teclista, recibe la llamada que le cambiaría su destino, era el mismísimo Miguel Abuelo recién llegado de la isla Ibiza. Mientras militaba en el grupo, tuvo la brillante oportunidad de pertenecer a la banda de Charly García, quien ya había producido a Los Abuelos de la Nada. Andrés Calamaro Masel conseguía gran popularidad como compositor. Y antes de publicar el tercer álbum de estudio de la banda, produce junto a Charly García su primer disco solista Hotel Calamaro. Produce a bandas como Los Fabulosos Cadillacs y Enanitos Verdes, trabajó con Luis Alberto Spinetta y regaló algunas de sus canciones a artistas de la talla de Nito Mestre, entre otros.
Conduciendo su propio programa radial, Bienvenido al Hotel, conoce a Ariel Rot y forman una sociedad musical para grabar dos discos solitarios de Andrés, empiezan a hacer el buen rock and roll y en el 88 y 89 salen a la venta Por Mirarte y Nadie sale vivo de aquí. Por motivos económicos deciden intentarlo en España y refundarse como Los Rodríguez -que en España se dice cuando la cabeza de familia se tiene que quedar en la ciudad por cuestiones de trabajo, mientras su esposa e hijos disfrutan en la playa-.
Decía que a Andrelo lo conocí cuando yo aún no llegaba a los 10 años. Quizás antes ya había escuchado algún éxito suyo, como Cartas sin marcar, Libros sapienciales, Mil Horas o Dulce condena... Pero por cosas de la vida fue Flaca la que caló hondo en mí, para luego conocer sus Crímines Perfectos y todo lo que implicaba aquel mundo salmonero.
Hoy día es el mayor exponente del género y compositor de varias de las canciones más importantes del rock en español. En su haber están dos de los discos más largos del rock argentino: Honestidad Brutal -con 37 temas- y el Salmón -con 103 temas-. Colaboró con importantes artistas asentados y en ascenso y es la gran influencia en grupos actuales.
Andrelo se fue, volvió y se volvió a ir, pero volvió otra vez. Luego de alejarse por casi 5 años del medio, la Bersuit lo motivó a regresar cuando en el 2004 lo invitaron a cantar junto a ellos Mi Caramelo.
El 2006 fue su año, recibió la consagración definitiva por su interminable carrera, con dos discos editados, dos discos tributo, un tema tributo hecho por el Indio Solari -ex líder de los Redonditos de Ricota-, recitales a sala llena, reunión con Ariel Rot para recordar a Los Rodríguez con una gira titulada “Dos Rodriguez”, y miles de mimos y homenajes más.
Lanzó La Lengua Popular, hasta hoy su disco más comercial, pero aún así exitoso, donde pone en duda su ateísmo reconocido y en el que dedica canciones a sus amigos. Y acaba de salir a la venta su primera antología, que incluye 6 cds y 2 dvds.
Andrelo ya es un grande. Y aunque muchos digan que lo suyo no es precisamente rock -porque mezcla funk, bossa, reggae, folk y hasta hip hop-, sabe firmar con palabras justas cualquier composición. Y es que no solo es compositor, músico, cantante y productor, también es considerado todo un poeta.

Nació un 22, que en el Tarot Egipcio la carta 22 corresponde a la Carta del Regreso, y en el Tarot de Marsella es la carta del Loco. Hoy cumple 48 años. Tuvo su tributo en Pirata Bar y lo tiene en cada fanático suyo. En cada quien que hayamos escuchado alguno de esos poemas a los que mágicamente convierte en rock and roll. "Muchos le ven como el loco, sabio, anarquista, poeta, iluso y algunas veces irresponsable pero siempre querido por muchos". ¿Que la suerte juega con cartas sin marcar? Puede ser. Pero Andrés ya no juega. Su suerte ya está echada y siempre será un placer escucharlo.

¡Calamaro, querido: Feliz cumpleaños desde Paraguay!

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