jueves, 22 de abril de 2010

Inoportuna

Hoy no supe cómo empezar este post.
Debo asumir que personalmente, he tenido tiempos mejores.
Pero tenía que compartirlo, descargarme de aquello que me asfixia y que me cuesta tanto hacerlas palabras verbales.

Como siempre, creo que llegué tarde.
Llego tarde a las liquidaciones, cuando la canasta de ofertas está casi vacía, cuando solo quedan un par de zapatos que no son de mi calce y cuando solamente sobra un abrigo de piel de esos que siempre odié. Bien, los años me enseñaron a ver el lado bueno a todo. Me ahorré unos cuantos guaraníes que bien podría usarlos ahora para ir a despejar mi mente y distraer mi súper cabeza volátil.
Opto por ir al cine, o no, mejor me voy a tomar algo a ese lugar céntrico que siempre iba. No, ahí muy probablemente encuentre a alguien conocido. O lo que es peor, a él, que hasta estos instantes creo haber olvidado. Mejor voy a visitar a ese entrañable amigo que siempre está cuando lo necesito. Sí, eso voy a hacer. Pero al terminar esta entrada.

Suelo ser tan inoportuna a veces. Siempre intentando ir de contramano, es que pareciera que mi corazón sólo entiende de latir a contramano. Intento llegar a tu vida, así, despeinada y con el pijama puesto, porque así quiero que me conozcas, así quiero reconquistar tu corazón. Sin maquillaje ni caretas de por medio. Esta vez no.
Esta vez tengo intenciones de hacer las cosas bien. Aunque sea a destiempo.
Quiero darte cinco besos aunque apenas haya alcanzado el primero. Abrazarte cuando ni siquiera me pasaste la mano. Descalzarme y caminar a tu lado, cuando ni siquiera te invité a pasear.

¿Ves? Eso era lo que tanto me costaba decir. Y que si mis puños no existieran, nunca serían catarsis. Mis dedos pueden no ser tan vacíos como mis abrazos. Pero mi corazón es igual, solo que todo lo que ella resguarda está escondida bajo una media sombra que tejí para protegerme de la maldad y los dolores del mundo real. ¿Quién diría? Inconscientemente, termino haciendo lo que ya han hecho conmigo y nunca me ha gustado. No es maldad, repito, es inconsciencia. Es lindo sentirse así de amada. Creo que hoy estoy dispuesta a hacer sentir así también a alguien. No a cualquiera, sólo a él.

De a poco siento que fui aprendiendo de memoria tus gestos, aunque sé que justamente ahora te estás por ir. Me lo merezco, me lo merecí. Pero así soy yo. Como siempre, creo que llegué tarde. Una llegada tardía costumbrista, a las que mi corazón se fue acostumbrando poco a poco y con las experiencias. Quiero sacarnos una foto juntos, cuando veo que ya nos la han sacado y que no sé si alguna vez tendré el valor de revelarla. Sonrío antes de que me hagas reír (sé que lo harás). Y me abrazo a mí misma esperando que me cobijes (también sé que no tardarás en hacerlo). No necesito colgarme lágrimas, porque sé que no vas a lastimarme. Porque esta vez no miré a la persona equivocada, te miré a vos y en tus ojos no vi más que un caudal de sentimientos que no pueden hacerme menos que feliz.

Soy inoportuna. Narro cuentos e historias que empiezan por el final y terminan por el principio. Le pongo Graznidos de una Extraterrestre a un blog… ¿Inusual? Y escribo aunque no sepa si alguien me leerá y me criticará. Le hablo al viento sobre vos y debajo de mi almohada guardo sueños que quisiera hacerlos real. Mientras en mi mente me recuesto en tu hombro sin preguntártelo, sabiendo que estás molesto y herido y sin preguntarte si finalmente ahora te gustaría estar conmigo y hacernos compañía.

Así. Así de inoportuna soy. Le hago cosquillas a mis recuerdos y me doy la libertad de extrañar tus llamadas, tus gestos, tus detalles, tus sorpresas, tus filosofías, tu voz, tu calidez, tú persona… Así… Así de inoportuna como se me da enamorarme justo cuando me dejan de querer.



Ahora voy a ver a ese amigo que sé que no me juzga porque me conoce y me acepta como soy, con mis grandes limitaciones sentimentales y mi gran potencial para amar y darlo todo por los míos. Puede no darme el mejor de los consejos, pero me escucha, y al igual que este blog, solo deja que me descargue. Y después nos pondremos a cantar una canción para acallar a nuestras almas.

¡Arrivederci!






Para cerrar el capítulo de hoy, el tema que más me emociona de James Blunt. Si les es posible busquen la traducción de la letra. Lágrimas y lluvia no es una canción más, habla del miedo que tenemos a ciertas cosas y de la impotencia que sentimos por esconder lo que realmente somos. No habla solo de amor, habla de la vida. “Porque todo esto es más que sólo palabras: son lágrimas y lluvia”.

1 comentario:

  1. No te parece conocida la frase:

    "Mas vale tarde que nunca"
    Hay veces que llegas tarde...

    Pero al final llegaste.

    ResponderEliminar