jueves, 29 de abril de 2010

La nueva era de la información. PARTE I

DIARIO IMPRESO vs. DIARIO DIGITAL


Hoy, una computadora con acceso internet, puede simplificarnos significativamente la vida. El académico y periodista norteamericano Philip Meyer, profetizó que en abril del año 2043 se imprimiría el último diario en papel, augurio proclamado en su libro ‘The Vanished News’ (‘El periodismo que se desvanece’), y pronosticando así el fin de la prensa escrita, propiamente dicho.

Analicemos lo ocurrido en los últimos años en Estados Unidos.
Trece millones de ejemplares perdieron los diarios impresos, lo que llevó a despedir a cantidad de periodistas y disminución del plantel. Sin embargo, el número de lectores de diarios digitales creció en Internet de cero a setenta y cinco millones.
En Brasil, sin embargo, caso contrario, debido a la mejora en la economía, los últimos años aumentó considerablemente su número de lectores de diarios impresos, desterrando así el mito de la poca vida útil que se viene proclamando desde hace 50 años a estos medios tradicionales.

Se especula la evolución sistemática a un nuevo tipo de periodismo, en que no se trata de llegar a una competencia entre el digital y el impreso, sino dándose un desdoblamiento y una transformación a un nuevo estilo de medio masivo, desarrollándose mutuamente. A fin de cuentas, hoy día, los medios digitales aún no pueden existir solos, todavía no resultan muy rentables para subsistir por cuenta propia, debido, sobre todo, a que las grandes corporaciones y anunciantes (entiéndase por auspiciantes publicitarios y comerciales), así como los mismos medios tradicionales, aún no han cambiado el chip mental para centrarse en una circulación más dirigida, comercial y digital.

Jeff Jarvis, crítico de televisión, fundador de la revista ‘Entertainment Weekly’, columnista del ‘San Francisco Examiner’ y profesor de Periodismo en la Universidad de Nueva York especula que en un futuro (no tan lejano) cobrar por las noticias en la red podría ser un suicidio, puesto que muy poca gente estaría dispuesta a pagar a cambio de ser informado. En pocos años más, la empresa informativa ya no se podrá permitir ser enorme, haciendo todas las noticias y empleando a todos los periodistas, sino que deberá colaborar con las famosas redes de ciudadanos y los blogueros para volverse más eficiente.

Con la llegada de Internet a nuestras vidas, se rompieron totalmente las barreras de espacio y de tiempo. Tener acceso a medios tradicionales de cualquier parte del mundo, sin importar los husos horarios o la transmisión momentánea, se ha vuelto algo tan sencillo pudiendo llegar así a todos lados.

En este momento, se instaló como algo muy de moda, el denominado periodismo ciudadano. Lo escuchamos por todos lados, pero en realidad pocos saben que esta nueva evolución del periodismo tradicional cobró mayor auge en Corea del Sur con el periódico Ohmynews que sólo se publica en Internet, y que nació hace más de cuatro años, que en su redacción cuenta con más de 36.000 particulares registrados, que desde sus casas, tan pronto informan de cualquier novedad como redactan una crónica sobre el último estreno de Hollywood. En su país ha tenido un éxito arrollador y actualmente es uno de los medios de comunicación de referencia, con más de dos millones de visitantes cada día. Según su fundador, el periodista Oh Yeon-Ho “con OhMyNews, deseamos decir adiós al periodismo del siglo XX, donde la gente veía las cosas a través de los medios tradicionales y conservadores. El concepto principal es que cada ciudadano puede ser un reportero. Un reportero es el único que tiene las noticias y quien está tratando de informar a otros”.

Y ante estas declaraciones, a los periodistas de la vieja escuela nos queda preguntarnos: ¿Qué pasará con los periodistas profesionales si hoy día cualquiera que tenga acceso a Internet puede convertirse en reportero? La respuesta no es sencilla. Los periodistas veteranos deben ir emigrando a áreas digitales. Nunca será lo mismo leer a un periodista que haya pasado por una escuela o que sea llamado empírico efectuando la investigación y recolección de información. La esencia del verdadero comunicador está en salir a la calle a buscar la noticia. El que procesa la información debe ser una persona especializada, porque a medida que nuestra educación deje de crear analfabetos funcionales, la sociedad se volverá más exigente y va a pedir un profesional que procese debidamente la noticia.

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