jueves, 29 de abril de 2010

La nueva era de la información. PARTE II

LOS MEDIOS DEL FUTURO


De ahí que es importante enseñar a hacer periodismo con nuevos formatos, de otra manera, se están formando simples y futuros desocupados. A medida que las tecnologías van avanzando, a medida que la gente va accediendo a ellos, los periodistas podemos pasar a convertirnos en obsoletos, como una cámara a rollo o un celular ladrillo. Puesto que hoy ya no basta con saber leer y escribir para ser comunicador. Hoy día también se exige tener otros conocimientos de gran valorización, como editar videos, crear mapas interactivos, saber utilizar las redes sociales… Es decir, se exige, sin tapujos, periodistas capaces de brindar información multimedia.

Se preguntarán entonces, por qué después de todo lo dicho y descubierto hasta ahora por la insaciable sed de curiosidad del ser humano, se siguen comprando diarios impresos. A eso voy. El periodismo de análisis y de profundidad sólo lo sigue teniendo el diario en papel, pues el mismo ha ido mutando a un periodismo más profundo que el periodismo digital. Lo dijo García Márquez: "No importa quién cuenta primero, sino quién cuenta mejor". En síntesis, ni Internet, ni las radios ni la televisión tienen esa capacidad de hacer llegar una noticia con todos sus paradigmas. Y más teniendo en cuenta que hoy día Internet no se usa solamente para tener presencia en el resto del mundo, sino también para muchas otras cosas. Y Paraguay puede no resultar un buen ejemplo de ello, teniendo en cuenta el escaso acceso a Internet y el alto costo que pagamos por el servicio. Cuando en Japón, de a poco, se va instalando 10 MB por casa. ¡Imagínense! ¡Por casa! En Estados Unidos, durante el 2009, Internet facturó más que la televisión. Y los locutores parecen sentirse confundidos en cuanto a la primicia, ¿publicarlo primero en la web o en la radio? Es categórico que el papel va a llegar a su extinción definitiva en algún momento. ¿Cuándo? A medida que haya más ancho de banda y tecnologías nuevas, a medida que se sigan instalando planes del tipo ‘una computadora por niño’ y otras estrategias maravillosas que permitan al paraguayito subdesarrollado acceder a la caja maniática, pero así también, brillante, más conocida como PC.

La abolición del papel no solo será el paso a una nueva era periodística, teniendo en cuenta los árboles que talamos para que se impriman alrededor de cien mil ejemplares por día en un país en que se ha producido una baja del 35% de ejemplares vendidos desde el año 1997 hasta la fecha. Es un dogma que el medio no va a desaparecer como todos temen, va a tener otro lenguaje nomás. Y eso va a ocurrir solamente a medida que tanto empresarios, como anunciantes e instituciones cambiemos el chip mental de que Internet es la nueva era de la comunicación. El New York Times, uno de los periódicos más importantes del globo, cobra el ingreso a su página web, tras la baja de demanda producida en los últimos años. Por este motivo es que debemos estar preparados para que dentro de los próximos diez años, podamos ver a los medios totalmente transformados. Todo se distribuirá de forma electrónica e Internet acabará con los diarios de papel, aunque en Paraguay será un trabajo que irá en aumento de manera lenta y trabajosa.

El medio digital es un medio en sí mismo. Si bien es cierto que Paraguay puede estar atrasado en muchas cosas, no así en telefonía móvil. En que tenemos más novedades que en Brasil, por ejemplo. Y ese es el soporte que debe empujarnos a exigirnos a nosotros mismos a decidir no ser unos analfabetos funcionales. Los periodistas de radios, en la mayoría de los casos, nos volvemos diario-dependientes. Y esto se vuelve un círculo vicioso a no acabar, convirtiéndonos en periodistas reciclados, que a su vez es una desventaja de que se extinga el diario de papel. Si el diario tradicional va a seguir siendo eco de lo que ocurrió ayer, está condenado, penosamente o no, a la extinción.

En mi posición de futura periodista, que me confiere mi papel de estudiante, considero a la capacitación una cuestión personal. Cada uno de mis compañeros, incluso yo misma, podemos cumplir una carga horaria, pasar los exámenes, asistir a clases y aún así ser uno más del montón. Por eso considero que nuestra capacidad no solo depende del medio en que nos tocase trabajar, sino más bien, de nosotros mismos. Internet se volvió en un placer culpable de jóvenes que cuelgan y ventilan sus vidas en la red. Las redes sociales, incluso, si no sabemos controlarlas, pueden manejarnos sin permiso siquiera. Pero así también, Internet da la posibilidad de que esta nueva camada y generación de jóvenes que ya nacimos en una era en que casi todo está automatizado, tratemos de informarnos y leer hasta libros digitales de infinidad de autores y páginas, y ya no debe de extrañarnos el hecho de que en pocos años no necesitemos teclados para ver nuestras palabras traducidas a un ordenador. Y quizás, incluso, la digitalización de los medios, destierre de una vez por todas, la monopolización institucionalizada de los mismos, convirtiéndolos no en un periodismo ciudadano, pero sí en la voz mediática del pueblo. Y creo que ese tema debe ser desarrollado en otro reportaje.

A fin de cuentas, ese es el tema central de este post, con una pregunta retórica que dejo al aire para que en unos años más sea debidamente respondida: ¿Cómo serán los medios del futuro? ¿Una suerte de Supersónicos paraguayos? Una interrogante que solo encontrará su respuesta con el fortuito o no correr de los años.




P.D.: Gracias al Foro de Periodistas Paraguayos, que organizaron una Conferencia sobre el futuro de los medios tradicionales, en el Auditorio del Amba’y de la Universidad del Norte y que contó con la presencia de figuras del medio como Andrés Colmán Gutiérrez (por Última Hora), Rufo Medina (por ABC Color), Leo Rubín (por Holding de Radio), Edwin Brítez y Jorge Benitez. Gente que en muchos estudiantes, como yo, lograron abrir la mente en cuanto a lo que nos depara el futuro como periodistas a los que nos exigirán ser multipatéticos y no solamente aprendices de la vieja escuela. Estos son los créditos que les otorga a estos grandes valores de la comunicación una principiante periodista que sueña con ser escritora. Mis más sinceros agradecimientos por su labor.

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